Properly presentation

Como este año he decidido ser más educada... hago las presentaciones apropiadas.

Soy Rubí, comunicóloga de estudio, correctora por supervivencia, escritora, por vocación, diseñadora, por parte de mi ex, ilustradora, por metiche, masajista, por la escuela de masaje prehispánico, madre, por parte de hijo y lectora de tarot, porque sí, entre otras vocaciones.

Resulta que me encuentro un día en la oficina de la Secretaría de Educación Pública, estábamos editando la Colección Libros del Rincón, y yo ya hasta la madre de mirar letritas y lidiar con la hipocrecia de ciertas personas, me dije: Rubí tienes que hacer algo con el cuerpo si no te va a salir una úlcera y unas hemorroides gigantezcas, con perdón del respetable. Y me respondí, sí, no mames que cansancio mental mañana me voy al parque a caminar con Ludovico tempra. Y a partir de una idea de Emilio mi hijo y con aquello de que las personas nos conectamos, le dije a mi amigo César: si quieres te paseo a la Carolis para hacer ejercicio y me das pal desayuno. Me dijo que sí. Luego le dije a mi amigo Jesús lo mismo pero con Wally, y a Chris y Cintia papás de Jana y sobrinos míos, pero ya con una cuota establecida. Y ahí vamos los fundadores a correr al parque y gritar, ladrar, explorar, hacer hoyos, enterrar palitos y llenarnos de lodo. Cuando llegué al trabajo me sentía molida pero felíz. Así empezó todo.

A lo largo de este año he seguido haciendo mis trabajos de free lance y paseando con mi manada por las mañanas. Lo más increíble es que mis métodos han funcionado,no hemos tenido accidentes graves, las niñas me obedecen y están super fuertes y alertas. En sus casas se portan un poco mejor y yo me siento más en contacto con mi animalidad (como el día que un coche se nos aventó a mi amiga Yvonne y a mí y yo corrí detrás de él en bototas gritando cosas. Yvonne me decía: eres un perro correteando coches, no lo puedo creer, y así varias anécdotas). Pasear en manada me ha ayudado a hacer varios cambios en mi vida, a vivir como quiero vivir y a acercar a Emilio con los perros con los que tiene una conexión increíble como yo. Con cada uno hago diferentes actividades según yo creo deban sanar algún dolor, trauma o miedo y los ayudo a encontrar al ancestro que llevan dentro. Ese que corría junto al hombre para cazar animales, el que cuidaba de sus pertenencias y su familia, con el que compartía la presa y que se tendía junto a él y frente al fuego a acicalar sus patas después de una jornada de trabajo.
Agradezco infinitamente la confianza que me han dado al prestarme a sus hijos-perros para esta experiencia. Están en buenas manos.
Fotos: Yo Rubí y Emilio en la alberca de perros del hotel Vayma.