las negras bellas

Hoy el paseo consistió en una visita a la abuela mayor, o sea mi madre. A mi ma no le encantan los animales, no sé cómo pudo sobrevivir rodeada de canes, gatos, tortugas, pollos que sobreviven a ahorcamientos infantiles, canarios, viboritas, arañas, peces, hamsters y toda alimaña que se nos ocurría recoger y llevarnos a la casa (uno que otro novio entre ellos). Lo único que sé es que ahora a sus años sigue teniendo tolerancia a que lleguemos con todo tipo de invitados. Las invitadas de hoy eran Celia y Perla, como siempre bien recibidas por la banda Fernández, entraron a saludar a todos y a ubicar dónde estaba lo importante (el agua y la cocina). Después salieron a corretearse al jardín con la incansable Camila (extraña mezcla en la que se puede notar algo de alaska) y el viejo Efrit (compañero maltés de Lu, siempre sospechamos que entre ellos había más que amistad) y a definir quién era la más rápida y la líder. Camila siempre cede, Perla está loca como una cabra y Celia inmediatamente se situó como la figura de autoridad. Se llevaron tan bien las tres, nunca había visto a Celia tan prendida y juguetona, no lo podía creer... CORRIA, perseguía y jugueteaba. Camila le entró rápidamente al juego tosco, pero Perla tenía sus reservas y esquivaba los ocicazos de Celia, le daba la vuelta y le pegaba en el trasero. Creo que se divirtieron mucho y como siempre me dejan sorprendida!